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Dott.ssa Giulia Mander

Médico veterinario

Dra. Giulia Mander - Licenciada en Medicina Veterinaria

Quien soy

Sé cómo te sientes; yo también he pasado por eso, aunque soy veterinaria. Después de graduarme, lo único que sabía sobre nutrición para perros y gatos era qué tipo de pienso elegir según la edad o las patologías.

 

¡No sabía que ésta no era la única forma de alimentar a un perro o un gato!

Luego, cuando comencé mi carrera profesional, rápidamente me di cuenta de que las herramientas que tenía a disposición para manejar las patologías que veía en la clínica, no eran suficientes.

Todo se reducía a elegir el antibiótico/antiinflamatorio adecuado o cambiar el tipo de pienso. Sin embargo, los animales seguían teniendo una picazón insoportable, dermatitis que los dejaba sin pelo, diarrea cada dos días, vómitos... y nada parecía funcionar.

Recetaba un tratamiento que, obviamente, funcionaba pero, después de unos días de suspenderlo, los problemas volvían.

Giulia Mander - Medicina Veterinaria Preventiva

Entonces cambiaba el tipo de croqueta, estudiaba para buscar un producto mejor, cambiaba la proteina, la marca… pero, la mayoría de las veces, los dueños tenían que tirar bolsas enteras de pienso porque los animales no lo comían o porque no solucionaba el problema.

Miraba a los animales en la mesa de examen y me sentía tan impotente... Me preguntaba si estos pacientes estaban realmente destinados a estar bajo terapia farmacológica durante toda su vida para poder estar bien.

Y eran tratamientos caros con, por supuesto, muchos efectos secundarios que seguramente causarían más problemas en el futuro.

Y esto se repetía cada día, visita tras visita...
La mayoría de las mascotas que acuden a la clínica padecen problemas crónicos, especialmente digestivos y dermatológicos.

La ciencia los llama ‘atópicos’ o ‘intolerantes’ a algunos alimentos, pero no ofrece soluciones definitivas, sólo medicamentos o alimentos ‘hidrolizados’ que resuelven el síntoma pero no el problema y que, por tanto, una vez suspendidos, ya no tienen ningún efecto.

Entonces comencé a pensar que debía haber algo equivocado a la base, algo que me faltaba y que podría resolver definitivamente todos estos problemas.

Un día, mientras comía mi plato de verduras orgánicas y pescado fresco, me giré para mirar el rincón de la cocina donde guardaba la "comida" de mis mascotas, y lo que vi fue una verdadera revelación: mientras yo comía a diario "comida real", mínimamente procesada, intentando evitar aditivos y conservantes para preservar mi salud y prevenir enfermedades, estaba alimentando a mis perros con un producto seco, industrial, con una lista interminable de ingredientes de dudosa procedencia, ultraprocesados, estériles y, por supuesto, llenos de conservantes (¿cómo puede la "comida" guardada en una bolsa de plástico a temperatura ambiente durar dos años en buen estado?).

Entonces comencé a preguntarme: ¿cómo puedo esperar que mis pacientes no sufran todas las enfermedades crónicas que veo si les aconsejo a sus dueños que los alimenten exclusivamente con un producto como este?

¡Esto no es un alimento, es un producto industrial que no tiene nada que ver con lo que comería un perro o un gato en la naturaleza!

Y también pensé en todos esos dueños que volvieron a la clínica desesperados porque su mascota se negaba a comer la croqueta de 100€ que les había recomendado... ¡claro! ¡Yo no la comería ni dos días seguidos! ¿Por qué esperamos que no coman nada más en toda su vida?

Giulia Mander - Medicina Veterinaria Preventiva

A partir de ahí empezó el cambio: comencé a estudiar nutrición por mi cuenta, dejando de lado toda la información que aprendemos en la universidad (todas las enseñanzas y cursos patrocinados por las grandes empresas de piensos) y descubrí un mundo.

Descubrí que lo que consideramos el único alimento adecuado para nuestros animales en realidad sólo existe desde hace 80 años, y que todos los problemas digestivos, dermatológicos y degenerativos que vemos hoy en las clínicas, y que ahora hemos "normalizado", sólo han aparecido en los últimos 20-30 años.

Hace 40 años los perros no estaban tan mal como hoy.

Desde ese día comencé a cambiar la dieta de mis perros y de mis pacientes y... ¡los resultados fueron increíbles!

Muchos perros dejan de rascarse sin necesidad de medicación, tienen más energía, están más activos, comen con apetito, se aprecian cambios en su pelaje y forma física, ganan masa muscular, se les resuelve la diarrea… Nunca más he recomendado el pienso para tratar o prevenir patologías.

Giulia Mander - Medicina Veterinaria Preventiva
Giulia Mander - Medicina Veterinaria Preventiva
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